lunes, 4 de mayo de 2015

EJERCICIOS Y ARTRITIS

Hasta no hace muchos años, se creía que las personas con artritis no debían hacer ejercicios, porque se temía que se produjeran daños en las articulaciones. Hoy la situación ha cambiado. Las personas con artritis DEBEN hacer ejercicios.

Un tratamiento médico, preferiblemente natural, un descanso adecuado y ejercicios moderados pero regulares, ayudan a mantener la funcionalidad necesaria de nuestras articulaciones, para las actividades cotidianas. Pero no solo esto, sino que todo indica que esta clase de ejercicios evita un mayor daño a las articulaciones.
Con el ejercicio moderado regular, usted obtendrá diversos beneficios, que le ayudarán a llevar una vida mucho más satisfactoria, ya que con el ejercicio usted podrá:
1. Mantener la fuerza de los músculos próximos a las articulaciones. Mantener las articulaciones activas.

2. Mantener y recuperar, en función inversa al tiempo de la enfermedad, las actividades
cotidianas.

3. Mantener una apropiada calidad de los cartílagos y huesos

4. Mantener y mejorar su capacidad física y emocional

. Aumentando su disponibilidad energética

. Mejorando la calidad del sueño

. Evitando el sobrepeso

. Fortaleciendo órganos como el corazón y los pulmones

. Reduciendo y hasta evitando la depresión

. Mejorando la auto estima

. Mejorando la calidad de vida.
EJERCICIOS SUGERIDOS


A. De FLEXIBILIDAD: Los ejercicios de FLEXIBILIDAD ayudan a reducir contracciones y a mantener la movilidad de las articulaciones. Estos ejercicios permiten evitar el anquilosamiento de las articulaciones.
Mantener flexibles las articulaciones, les permite extenderse, rotar y doblarse normalmente, siempre teniendo en cuenta la extensión y profundidad del daño actual, es decir, anterior a la ejercitación regular.


B. De FORTALECIMIENTO: Estos ejercicios ayudan a mantener la fuerza de los músculos y le ayudan a mantener las articulaciones estables, se recomiendan los isométricos y los isotónicos.


a. Isométricos: Contracción de los músculos sin involucrar las articulaciones, por ejemplo el ejercicio para los cuadriceps, que conlleva la contracción del músculo más grande de la parte anterior del muslo, o ejercicios para los glúteos, para los tríceps, etc.

b. Isotónicos: Involucran el movimiento de las articulaciones efectuando cierta resistencia y aplicando una cierta velocidad en las repeticiones. La resistencia se puede conseguir utilizando máquinas de ejercicio o pesas, en cualquier caso la resistencia debe ser de entre 500gramos y 1 kilo.
Se debe comenzar con un número limitado de resistencia y repeticiones, cantidades que se pueden incrementar cada semana o más, de manera que el ejercicio provoque el fortalecimiento, pero de manera confortable, sin excesos que pueden ser contraproducentes.



C. AEROBICOS: Estos ejercicios ayudan a fortalecer el corazón y los pulmones, aseguran una buena oxigenación, y aumentan la resistencia, asegurándole la posibilidad de resistir el cansancio y a recuperarse del mismo.

Entre estos ejercicios destacan la caminata, la natación, la bicicleta de paseo o estacionaria, según las posibilidades y preferencias.
Junto con los ejercicios practique alguna técnica de respiración, de manera que pueda controlarla a voluntad. Esto ayudará a hacer mejor los ejercicios, aumentar su resistencia y ayudará a controlar el estrés y la ansiedad.
Realizando ejercicios regularmente, llegará el momento en que la producción de endorfinas, llamadas hormonas de la felicidad, sea suficiente para ofrecer diversos beneficios muy importantes como la reducción del estrés, la satisfacción por los logros, un estado de ánimo positivo, un estado de alerta aumentado, y un bienestar general significativo.
Este estado superior se puede percibir luego de mes y medio o dos de realizar ejercicios regularmente y en niveles de exigencia razonablemente crecientes.
PARA EMPEZAR UN PLAN DE EJERCICIOS
Consulte a su médico antes de empezar cualquier tipo o programa de ejercicio.
Comience su plan con ejercicios de flexibilidad
Continúe con ejercicios de fortalecimiento
Siga con los ejercicios Aeróbicos. No debe haber menos de dos semanas entre el comienzo de un tipo de ejercicios y el siguiente. Esto es para preparar al cuerpo para resistir una carga a la que no ha estado acostumbrado.
Aumente la intensidad y el tiempo de los ejercicios gradualmente. No exceda su capacidad normal, la cual irá creciendo día a día, pero no debe llegar a la extenuación, pues los resultados finales serían contrarios a los buscados.
Busque la hora más apropiada para hacer los ejercicios, según sus preferencias y posibilidades
Haga los ejercicios al menos una hora antes o después de comer, y antes de acostarse.
Los ejercicios de flexibilidad deben ser hechos todos los días, los de fuerza y los areóbicos pueden ser hechos día de por medio
No abandone los ejercicios por muchos días, porque eso podría representar un retroceso importante y podría restarle ánimos para seguir.
Pero continúe efectuándolos aún en los días en que no tenga ganas, en esos días debería usted hacer un doble esfuerzo para hacer mejor su programa de ejercicios. Esto le mantendrá las fuerzas físicas, pero aumentará enormemente las espirituales
SUGERENCIAS
Antes de hacer ejercicios:
Aplique compresas frías y calientes, o frías o calientes en las articulaciones afectadas. Pruebe la combinación que le resulta mejor
Haga entre 5 y 10 minutos de ejercicios de flexibilidad y respiración
Utilice ropa y calzado cómodos
Durante el ejercicio:
Haga sus ejercicios sin exigirse demasiado, con pausa y tranquilidad
Practique la técnica respiratoria aprendida
Suspenda los ejercicios si siente algún malestar inusual
Es normal y favorable el incremento del ritmo cardiaco, la aceleración de la respiración y la sensación de endurecimiento de los músculos. Pero no debe abusar del ejercicio, pues si lo hace, puede producir agotamiento y eventual daño.
Al terminar el ejercicio:
No lo haga abruptamente, vaya descendiendo la intensidad y la velocidad de los movimientos, de manera que logre la relajación paulatina.
Tome al menos dos vasos de agua a temperatura ambiente 15 minutos antes, y unos 5 minutos después de los ejercicios.
Haga ejercicios relajantes de respiración después de los ejercicios.
Anote sus progresos, sus inquietudes, sus sensaciones, coméntelo con su médico o guía naturista.
Si puede hacer los ejercicios frente a un paisaje agradable, hágalo, aún si este está en la pantalla del televisor. Escuche música relajante, preferiblemente clásica mientras hace los ejercicios y durante un rato después de realizarlos.
Al tiempo de hacer los ejercicios, y en cualquier momento de reflexión, conciba pensamientos positivos, recuerde que su mente tiene muchísimo poder sobre su organismo, no se deje vencer por los malos momentos, úselos como un elemento fortalecedor del espíritu y de la mente.